Es de las Mejores películas que he visto últimamente. Grandiosa en todo. Una historia simple, pero llena de belleza. Una historia real como la vida misma, humana, donde el espectador puede conectar perfectamente con los personajes y hasta, posiblemente, sentirse identificado con los acontecimientos. Un relato que va mucho más allá de una película de temática judicial, y que ahonda en los sentimientos personales, en los problemas de familia, la complejidad de las relaciones de pareja, y desde luego, las relaciones de padres e hijos. Creo que es una película digna de tener en cuenta para los próximos Oscar. La cuestión es si llegará a algo. Espero que lo consiga porque lo merece sin duda, especialmente los dos actores protagonistas, que deslumbran en todos los instantes del film. Si alguien se lo pregunta, Sí, esto es CINE como el de antes, CINE que se aleja de los convencionalismos y de los productos fáciles palomiteros que exigen poco por parte los espectadores. Bajo mi punto de vista, es una auténtica maravilla. ¿Razones?
La historia es sencilla, coherente y ante todo, realista. Se echan de menos en la gran pantalla relatos cotidianos y por ende humanos. La esencia del film es la relación problemática entre un padre y su hijo. Un padre que es Juez, no solo en la sala del tribunal, sino también en su propia casa, pues lleva a sus hijos con mano de hierro, especialmente a Hank (Robert Downey JR.), quien se ha convertido en un abogado de prestigio en la gran ciudad. Hank se alejó del pueblo para poder evitar a su padre. Ahora, tras casi veinte años regresa por el fallecimiento de su madre, y el pasado vuelve a salir a la luz en toda su dureza, pues el Juez (Robert Duvall) no ha cambiado con el tiempo. Pero ambos deberán abandonar su orgullo para poder hacer frente a lo que el destino les depara, y es que el Juez es acusado de asesinato, de haber atropellado a un hombre al que juzgó tiempo atrás por la muerte de una joven adolescente. Pronto Hank descubrirá que su padre oculta también un secreto que puede suponer el que no vaya a la cárcel.
Hay quien ha dicho que Downey JR. Sigue haciendo de Tony Stark en esta cinta. Sería recomendable que los que se atrevan a hacer ese comentario se revisen la vista y el oído con urgencia al igual que su comprensión lectora, porque su interpretación no puede ser más diferente. Creo que es la primera vez en mucho tiempo que este actor hace un personaje tan real y natural. Y el que le acompaña, ese veterano genial que es Duvall (quien este año también ha logrado un sensacional personaje que quería volver al Viejo Méjico), me ha dejado sin palabras. Hacía mucho tiempo que no derramaba lágrimas de pura emoción con una película; cuando el Juez se despide de su esposa, cuando conoce a su nieta y vemos la cara de asombro de Hank por cómo adora a la pequeña, y podría enumerar más instantes pero destriparía la cinta. Da gusto ir al cine para encontrarte con preciosidades como esta