LA ISLA MÍNIMA: SOBREVALORADA

Suele ocurrir lo siguiente cuando vas al Cine: te dicen de una determinada película que es algo así como una obra maestra, casi como una de las grandes cintas de nuestro tiempo, vamos, que está a un paso de formar parte del podio de esas películas que todos deberíamos ver antes de recibir la visita de la Parca. Uno, que a veces peca de confiado, acude deseoso a la sala de encontrarse con ese pedazo de peliculón, y luego lo que sobreviene es una decepción considerable además de una sensación de hastío porque, en realidad, el film no le ha transmitido nada nuevo en ningún aspecto. Esto es precisamente lo que me ha ocurrido con la Isla Mínima. No estoy diciendo que sea una mala película, que no lo es ni mucho menos, es un buen producto dentro del género policíaco, pero creo que los principales elementos atractivos y positivos que tiene esta cinta, no están precisamente en su relato, sino que residen en todo lo demás, en lo técnico por así decirlo. Para ser sincero, me ha faltado encontrarme con una imitación de los créditos iniciales de True Detective para comprobar que esta película del novel Alberto Rodríguez, es casi un homenaje o guiño contínuo a la serie de HBO. Y, dicen por ahí, desconozco si será verdad pero aun así lo cuento como curiosidad, que esta película está realizada mucho antes que la serie americana, pero que no se ha estrenado hasta ahora. Veremos si esto es verdad o no.

¿Qué nos cuenta la Isla Mínima? Una pareja de policías, Juan y Pedro, viajan hasta el interior del Sur de España para resolver el crimen de dos chicas adolescentes a las que han torturado y violado. Ambientada en los años 80, la cinta nos sumerge también en esa época convulsa de la recién llegada Democracia. Y también nos refleja cómo es la relación personal entre ambos policías, dos perspectivas totalmente distintas de cómo entender el trabajo policial y dos personalidades también diferentes. ¿Os suena de algo? Hasta aquí el argumento, del cual no revelaré nada más por si alguien no la ha visto aun. Tengo que añadir que el guión es flojo en cuanto a la intriga, porque cualquiera que haya leído mucha novela policíaca y sea medianamente observador, puede adelantarse a las dotes detectivescas de los policías de la película, lo cual la convierte en predecible.

Respecto a lo demás, es decir, al apartado técnico, la cinta es brillante sin duda. La luz, la atmósfera asfixiante de páramos pantanosos (¿Os suena de algo de nuevo?), el reflejo de la sociedad de esa parte de nuestro país y de esa época en concreto, todo ello aderezado con una música pausada aunque potente y un ritmo espaciado que intensifica la sensación de agobio. La isla Mínima es una buena película, pero al igual que ocurre con la serie americana, está muy sobrevalorada.

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