SOBRAN LAS PALABRAS: LIGERA Y AGRADABLE

Esta es la película póstuma de James Gandolfini. Fue la última que hizo antes de morir en trágicas circunstancias. Aunque siempre, para la mayor parte de sus fans, permanecerá en su memoria por dar vida a Tony Soprano. Sin ignorar este hecho, lo cierto es que “Sobran las Palabras” es una de las películas más agradables que se hayan podido estrenar en el último año. Ahora, ya se puede encontrar en DVD y Blue Ray, a un precio no excesivo, pero desde luego si lo fuese, no pasaría nada por pagarlo porque realmente lo merece.

Seamos claros. No es una cinta que vaya a pasar a la memoria colectiva por ser una Obra Maestra del celuloide. Pero sí que es una película que rompe absolutamente con el estilo de las novedades que llegan desde Hollywood. Es un alivio descansar un poco de tanto superhéroe, algo que seguramente no soy el único en agradecer. Con esta película comprobamos que todavía hay espacio para relatos simples, sencillos y geniales. Porque si algo tiene esta cinta, aunque no sea galardonada con ningún premio, injustamente bajo mi punto de vista, es el guión. “Sobran las Palabras” es una muestra de que aun quedan buenos guionistas en la meca del Cine, y cómo sin complicarse demasiado se puede contar una historia con la que todos nos podamos identificar.

Desconozco cuantos de vosotros está casado o lo ha estado, o cuantos tienen pareja actualmente. Pero la recomiendo incluso para los que son solteros. Es una cinta universal, creo que fácilmente todos podemos encontrar algo familiar en ella. Es la historia de Eva, interpretada por la genial Julia Louis Dreyfuss, una mujer divorciada que comienza a sufrir el síndrome del Nido Vacío cuando su hija está a punto de comenzar la Universidad. Trabaja como masajista, y tiene ganas de que el Amor la de una nueva oportunidad. Esto surge cuando conoce a Albert (James Gandolfini), un hombre que está en una situación muy parecida a la de ella. Pronto, ambos creen haber encontrado en el otro a la persona que han buscado desde siempre. Pero esta relación pronto se ve envenenada debido a Marianne, una clienta de Eva, que resulta ser la exmujer de Albert.

Si hay un mensaje que impregna toda la película es precisamente el de no dejar que terceras personas se metan en una relación. Seguramente, más de uno se haya visto en una situación similar, y haya contemplado cómo su relación con un hombre o una mujer, se fuese descomponiendo poco a poco por la desconfianza generada debido a la mala influencia de un tercero. A medio camino entre la comedia y el drama, esta película sin duda es una joya para disfrutar en casa.

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